When the great leader of the Cuban revolution, Commander in Chief Fidel Castro Ruz, passed away eight years ago, the Cuban people said goodbye to him by saying “Yo soy Fidel” (I am Fidel).
This phrase, which some saw as a romanticism that would fade over time, was a great one.
Because being Fidel wasn’t just about repeating his words. Being Fidel was to resist where everyone saw impossibility without looking at the odds, to dream fearlessly and to keep achieving new victories without never giving up.
Being Fidel was to roll up one’s sleeves without losing a second in the face of extreme difficulties, to make the optimism of the shoulder-to-shoulder struggle the greatest weapon of the Cuban people.
The Cuban people have repeatedly shown how true that phrase, made eight years ago, is. They showed it during the pandemic through the vaccines they produced and by reaching out to more than 40 countries, when they passed the world’s most refined family law by referendum, when they faced the devastating financial barriers created by being added to the US’ so-called ‘states sponsors of terrorism’ list, and this year, through the tremendous unity, solidarity, and dedication they exhibited after two hurricanes and a severe earthquake.
Fidel was one of the greatest revolutionaries of the 20th century. The strength of the legacy he had left behind once again showed how great he was.
Salute to Comandante!
Salute to the fraternal Cuban people who keep him alive each day!
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¡Saludos al Comandante!
Cuando el gran líder de la revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, falleció hace ocho años, el pueblo cubano se despidió de él diciendo “Yo soy Fidel”.
Esta frase, que algunos consideraban un romanticismo que se desvanecería con el tiempo, era grande.
Porque ser Fidel no se trataba solo de repetir sus palabras. Ser Fidel era resistir donde todos veían imposibilidad sin importar las dificultades, soñar sin miedo y seguir logrando nuevas victorias sin rendirse
Ser Fidel era arremangarse sin perder un segundo frente a dificultades inmensurables, convertir el optimismo que brinda la lucha hombro con hombro en la mayor arma del pueblo cubano.
El pueblo cubano ha demostrado una y otra vez cuán cierta era esa frase dicha hace ocho años Lo demostraron durante la pandemia a través de las vacunas que produjeron y al llegar a más de 40 países, cuando aprobaron por referéndum la ley de familia más refinada del mundo, cuando enfrentaron las devastadoras barreras financieras creadas por su inclusión en la lista fabricada de ‘países patrocinadores del terrorismo’ de los EE. UU., y este año, a través de la tremenda unidad, solidaridad y dedicación que exhibieron después de dos huracanes y un fuerte terremoto.
Fidel fue uno de los más grandes revolucionarios del siglo XX. – La fuerza del legado que había dejado una vez más demostró cuán grande era.
¡Saludos al Comandante!
¡Saludos al hermano pueblo cubano que lo mantiene vivo día a día!
